La Instrucción General del Misal Romano (IGRM) asume que el sacerdote y el diácono miran hacia el Este Litúrgico, hacia el Señor. Los siguientes son los párrafos del IGRM instruyendo al sacerdote o diácono a volverse hacia el pueblo.
Terminado el canto de entrada, estando todos de pie, el sacerdote y los fieles se signan con la señal de la cruz…En seguida, vuelto hacia el pueblo y extendiendo las manos, el sacerdote lo saluda usando una de las fórmulas propuestas.
Después, vuelto al centro del altar, el sacerdote, de pie, de cara al pueblo and, extendiendo y juntando las manos, invita al pueblo a orar, diciendo: Oren, hermanos.
A continuación el sacerdote solo, con las manos extendidas, dice en voz alta la oración: Señor Jesucristo, que dijiste; y terminada ésta, extendiendo y juntando las manos, vuelto hacia el pueblo, anuncia la paz, diciendo: La paz del Señor esté siempre con ustedes.
Concluida la oración, el sacerdote hace genuflexión, toma la Hostia consagrada en la misma Misa y, teniéndola un poco elevada sobre la patena o sobre el cáliz, vuelto hacia el pueblo, dice: Éste es el Cordero de Dios…
Luego, de pie en la sede o desde el altar, el sacerdote, de cara al pueblo,, con las manos juntas, dice: Oremos…
Si se emplea la oración sobre el pueblo o la fórmula de bendición solemne, el diácono dice: Inclínense para recibir la bendición. Una vez que el sacerdote haya impartido la bendición, el diácono despide al pueblo, vuelto hacia él, diciendo con las manos juntas: Pueden irse en paz.